¿Puedes darle de comer huesos a tu perro?

La imagen del perro con su hueso está anclada en la mente y esta práctica se realiza desde hace siglos. Sin embargo, es recomendable no darle a tu perro ningún hueso, este tipo de alimento no está exento de riesgos. Averigüemos qué huesos puede comer tu perrito sin afectar su salud, así como los beneficios que le aportan, y cuáles no debe consumir en absoluto, bajo pena de lesión grave o asfixia.

¿Puedes darle de comer huesos a tu perro?

Dale huesos a tu perro: sí, ¡pero no cualquiera!

No todos los huesos se le pueden dar a un perro; su salud está en juego.

Huesos prohibidos: huesos cocidos

Los huesos cocidos son peligrosos para el perro. Absolutamente no se le deben dar para comer o jugar. A diferencia de los huesos crudos, los huesos cocidos pueden bloquear la garganta del animal o perforar sus intestinos. Este riesgo se debe a que cocinarlos los vuelve quebradizos y, por lo tanto, más peligrosos para el sistema digestivo del perro.

También debes saber que darle un hueso cocido a un perro no tiene ningún interés nutricional, ya que la cocción ha eliminado todos los nutrientes.

Huesos autorizados: huesos crudos, no quebradizos

Se permiten huesos crudos. Saludables, son fuente de minerales, calcio y fósforo, beneficiosos para tu animal. A diferencia de los huesos cocidos, los huesos crudos son masticados y aplastados por los dientes del perro, dándoles algo de entretenimiento mientras les ayuda a limpiarse los dientes. Cuando llegan al estómago, los huesos se reducen a un polvo que el órgano se encarga de disolver.

Sin peligro, el hueso crudo es mucho más apetecible y rico en sabor que el hueso cocido. Suave y flexible, no se rompe, lo que lo hace digerible. Por otro lado, no le des especialmente huesos demasiado pequeños o quebradizos como los de pollo, pavo, conejo, oveja o pequeños trozos de ganado, porque tu perro podría atragantarse con ellos, pincharse el estómago. o incluso dañar sus dientes y encías. Los huesos de cerdo, aunque más fuertes, también deben evitarse como precaución.

Un hermoso hueso crudo por semana es suficiente. Puedes dárselo a tu animal, preferiblemente rodeado de un poco de carne. Lo ideal sigue siendo la médula ósea de la carne cruda, en particular la mitad del fémur, o un hueso carnoso envuelto en carne.

Los huesos que le des a tu perro siempre deben estar frescos. Los huesos dañados o rodeados de carne no fresca pueden envenenarlos.

Sin embargo, tenga cuidado, ya que algunos perros entierran sus huesos para que se pudran y luego se los coman. Sin embargo, esta técnica los vuelve más frágiles y por lo tanto más peligrosos. Evite esta tendencia quitando el hueso de su perro tan pronto como haya terminado de comerlo.

¿Cuáles son los riesgos para el perro?

Darle a su perro un hueso cocido o un hueso demasiado pequeño y / o quebradizo es una fuente de peligro. Estos son algunos de los riesgos a los que se enfrenta:

  • dientes rotos
  • lesiones de las encías o la lengua;
  • una obstrucción de la tráquea que causa dificultad para respirar y tos ronca;
  • peritonitis, que es una inflamación de la membrana que recubre la cavidad abdominal;
  • daño al esófago, estómago, intestinos y recto;
  • pérdida de sangre ;
  • estreñimiento;
  • sangre en las heces.

En general, si notas algún comportamiento sospechoso o sensación de malestar en tu perro después de darle un hueso, acude al veterinario de inmediato. Es recomendable actuar con mucha rapidez ante los riesgos para la salud de su mascota.

¿Cuáles son los beneficios de tener buenos huesos?

Darle a tu perro buenos huesos es bueno para su salud. Los estudios han demostrado que darle un hueso a su perro con regularidad, a razón de una vez por semana como máximo, lo ayuda a luchar naturalmente contra la formación de ciertos cánceres y a estimular su sistema inmunológico. Además, el contenido de calcio y fósforo de los huesos contribuye a la fuerza del esqueleto.

Un perro que mastica huesos con regularidad desarrollaría menos alergias, gingivitis y caries, ya que estas limpian naturalmente los dientes y los eliminan de la placa dental que causa el sarro. Por tanto, roer un hueso previene eficazmente la enfermedad periodontal y previene el mal aliento.

Finalmente, morder un hueso es una actividad estimulante para el perro. Este trabajo naturalmente le da bienestar.

¿Qué precauciones debes tomar al darle a tu perro los huesos para comer?

Si darle buenos huesos a tu perro es bueno para su salud, es recomendable actuar con precaución y tomar algunas precauciones para preservar su bienestar.

  • Dale a tu perro huesos gruesos, es decir, rodeados de carne. La carne ayuda a reducir el riesgo de estreñimiento inducido por la disolución de huesos gruesos en los intestinos del perro.
  • Elimine los huesos pequeños y los huesos quebradizos de su dieta.
  • Dele a su perro solo huesos que sean apropiados para su tamaño. Un perro pequeño no necesitará un hueso muy grande. Sin embargo, evite de manera similar los huesos que sean demasiado pequeños, ya que su perro tenderá a tragarlos rápidamente sin tomarse el tiempo para masticarlos; entonces puede asfixiarse o lesionarse.
  • Asegúrese de que su perro coma su hueso en silencio y lo mastique bien mientras se toma su tiempo. Es menos probable que se lastime o se asfixie.
  • Siempre supervise a su perro cuando se coma su hueso, pero déjelo solo y no intente interrumpirlo, a menos que su vida esté obviamente en peligro. Nunca le des huesos de comer en tu ausencia para ocuparlo, ya que podría lastimarse o asfixiarse. Si tiene que intervenir, desvíe su atención con un juguete o comida y retire discretamente el hueso antes de que se dé cuenta.
  • La médula ósea es beneficiosa porque es popular entre los perros. Menos fácil de roer, requerirá alguna aplicación por parte de tu animal que tendrá que masticarlo bien. Por tanto, no hay riesgo de ingerir una cantidad demasiado grande.
  • No dejes que tu perro se coma todo un hueso no carnoso, ya que la ingesta excesiva de minerales puede provocar problemas digestivos.

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