Piroplasmosis en perros: síntomas, tratamiento y prevención

La piroplasmosis es una enfermedad grave del perro causada por la picadura de una garrapata: este parásito externo, que se adhiere a la piel del animal para alimentarse de su sangre, puede ser portador de otro parásito microscópico. , Babesia canis , responsable de la enfermedad. Los tratamientos son posibles, pero pueden dejar secuelas, por lo que la prevención contra las garrapatas sigue siendo fundamental.

Piroplasmosis en perros: síntomas, tratamiento y prevención

Causas y síntomas de la piroplasmosis.

La piroplasmosis es una enfermedad parasitaria causada por el protozoo Babesia canis transmitida por la saliva de la garrapata hembra. Una vez en el cuerpo del animal, este parásito destruirá los glóbulos rojos y la condición puede ser fatal rápidamente. Los signos clínicos de la piroplasmosis son depresión, pérdida de apetito, anemia grave, vómitos y fiebre alta. Uno de los síntomas característicos es una coloración anormal de la orina, que progresa de naranja a marrón claro y luego a marrón oscuro.

Este color es el resultado de la filtración por los riñones de los glóbulos rojos destruidos en la sangre. Por lo tanto, el daño renal severo es el resultado fatal de la piroplasmosis si no se trata a tiempo. En esta condición, también observamos una palidez de las mucosas conjuntivas y los labios, indicación que debe llevar a consultar al veterinario de forma urgente, por tratarse de una patología devastadora que puede provocar la muerte del perro en menos de 48 horas.

Tratamientos contra la piroplasmosis

Los síntomas de la enfermedad no siempre son fáciles de reconocer con certeza, pues pueden aparecer en otras patologías, solo el veterinario puede hacer un diagnóstico definitivo gracias a un análisis de sangre al microscopio. Si la prueba es positiva, se debe iniciar un tratamiento inicial muy rápidamente. Afortunadamente, el tratamiento temprano suele ser eficaz para superar la piroplasmosis.

Si se detecta a tiempo, el médico utilizará inyecciones para eliminar el parásito y el tratamiento suele tener éxito, aunque el daño orgánico puede persistir. Por otro lado, en caso de manejo tardío, pueden ser necesarios cuidados intensivos adicionales como una infusión para rehidratar al animal, así como transfusiones de sangre destinadas a compensar la falta de glóbulos rojos. Cuanto más tarde el tratamiento, mayor es el riesgo de complicaciones y secuelas hepáticas y renales.

¿Qué prevención contra la piroplasmosis?

Existe una vacuna preventiva contra la piroplasmosis que se puede considerar en perros a partir de los seis meses, pero su protección no es 100% efectiva. Si crees que tu animal está particularmente expuesto a las garrapatas (vida o salidas frecuentes al campo, paseos por el bosque, caza ...) habla con tu veterinario porque esta inyección no suele formar parte de las vacunas clásicas. Como con cualquier vacuna, requiere un refuerzo anual y la vacunación primaria se realiza en 2 inyecciones generalmente con 3 o 4 semanas de diferencia. Por tanto, es necesario hacerlo con la suficiente antelación para que la protección sea eficaz durante la temporada de garrapatas, es decir, desde principios de primavera.

Además de esta vacuna, es imprescindible una inspección cuidadosa de su peludo compañero después de cada salida en la naturaleza, para detectar parásitos y eliminarlos rápidamente con un garrapata. No arrancar nunca una garrapata con la mano o con las pinzas, porque la cabeza corre el riesgo de quedarse fija en la piel del perro y no se descarta el riesgo de contaminación. Se estima que la garrapata debe eliminarse correctamente en un plazo de 24 a 48 horas para limitar el riesgo de transmisión por protozoos. Finalmente, el uso de un producto antiparasitario frecuentemente renovado es la prevención más segura contra la piroplasmosis, ya que permite envenenar la garrapata en contacto con el cabello incluso antes de que comience a picar.

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