¿Cómo cuidar a tu gato anciano?

A medida que envejecen, los gatos se vuelven menos activos y pasan más tiempo durmiendo. Sin embargo, asegurarse de que tenga una actividad física y mental regular, especialmente a través del juego, es esencial para mantenerlo en forma.

También es necesario incrementar el seguimiento de su estado de salud, así como la frecuencia de cuidados higiénicos y cepillados, ya que los gatos viejos en ocasiones pueden hacer peor su aseo. Estos son nuestros consejos para cuidar a su gato mayor y qué debe tener en cuenta.

¿Cómo cuidar a tu gato anciano?

¿A qué edad es un gato "mayor"?

Se considera que un gato tiene entre 7 u 8 años; sin embargo, no se asuste, ¡todavía puede vivir largos y hermosos años! Con una buena atención veterinaria y un estilo de vida saludable, un gato puede vivir más de 15 años sin mayores preocupaciones. Sin embargo, los gatos viejos están más expuestos a enfermedades renales, hipertiroidismo, diabetes ... Por eso el papel del veterinario es fundamental, así como el tuyo porque simples acciones y reflejos pueden ayudarte a apoyar a tu compañero. en la vejez.

Esté especialmente atento a su estado de salud, su moral y cualquier comportamiento inusual que pueda ser signo de un trastorno físico o mental: senilidad, desorientación, etc. Incrementar la vigilancia a partir de los 11 años, la edad crucial en la que el gato comienza a envejecer realmente (llamado umbral de senescencia), con posibles consecuencias sobre su forma y sus capacidades.

Signos de envejecimiento en gatos

Algunas señales son claras: sin tener que alarmarte, son una prueba de que tu gato está entrando en la vejez. La primera pista suele ser un pelaje más seco y opaco y, a veces, la caída del cabello. Un pelaje sucio en algunos lugares muestra que el gato se está lavando de una manera más sumaria, por falta de flexibilidad o por desmotivación. Aquí es donde el cepillado y los cuidados de la higiene diaria cobran su importancia: la limpieza de ojos y oídos, etc.

La pérdida de peso puede indicar un sistema digestivo debilitado, sed intensa o deshidratación, y el mal aliento puede ser un signo de problemas dentales o digestivos. El gato viejo a veces pierde el apetito porque huele menos bien o tiene dificultad para masticar: es posible animarlo a comer calentando un poco su comida o sustituyendo la croqueta por comida húmeda.

Sea sensible a todos estos pequeños detalles que, juntos, pueden perjudicar a su animal y privarlo de su capacidad. También se pueden desarrollar miembros rígidos y artrosis, así que presta atención a sus movimientos para detectar dificultades en el movimiento: movimientos más lentos y menos ágiles, saltos más raros o incluso inercia por dolor articular.

Las necesidades del gato anciano

El gato viejo necesita una rutina, fundamental para el mantenimiento de su salud física y moral. Un ritmo de vida regular permite limitar el estrés ofreciéndole un entorno tranquilizador. Por lo tanto, dé las comidas a horas fijas y dedique al menos 15 a 20 minutos de juego cada día.

Programe una sesión de aseo por semana para estimular la circulación sanguínea y masajear las articulaciones. Además, estos momentos compartidos contigo son muy buenos para la moral de tu viejo gato. Otro aspecto esencial es el diseño de su hogar para estimular o facilitar sus movimientos: si su gato está empezando a envejecer, la instalación de plataformas de juego, cuencos altos, juguetes colgantes puede ayudar a mantenerlo activo. físicamente. Por el contrario, si llega al final de su vida, piensa en facilitar su acceso a la comida y su basura.

Cambie a una caja más grande con bordes inferiores si es necesario, y considere usar una caja de arena en la casa si está acostumbrado a defecar al aire libre. Instala una cesta cómoda y de fácil acceso cerca de una estufa y evita fuentes de estrés: ruido, agitación, cambios bruscos, fiestas ...

Controla la salud de tu gato anciano

En primer lugar, es recomendable aumentar las visitas de control al veterinario a razón de 2 veces al año. En estas ocasiones, recuerde informar a su médico de cualquier cambio de comportamiento como disminución del apetito o aumento de la sed, dificultad para comer, actitud deprimida o postrada, bolas que pueda haber notado debajo de su piel. Todos estos signos pueden dar la alerta de un inicio de afecciones más o menos graves, problemas renales, tumores etc. El veterinario podrá entonces hacer un diagnóstico precoz, que es la clave para prevenir y tratar los problemas que pueden afectar a un gato anciano lo antes posible.

En casa, vigile de cerca los ojos, las orejas, el pelaje y la piel de su mascota para asegurarse de que no sean anormales. Un seguimiento semanal permitirá detectar cualquier anomalía para poder informar al veterinario. Esté especialmente atento a la aparición de parásitos internos (gusanos) y externos (pulgas, garrapatas): estos pueden ser responsables de enfermedades a veces graves en gatos viejos. Finalmente, la inspección de la boca y los dientes es otro punto fundamental porque la formación de placa dental puede dar lugar a complicaciones como gingivitis y requerir descamación.

Alimentando al gato anciano

Es fundamental comprobar que su gato mayor bebe y come lo suficiente. La comida debe seleccionarse correctamente y adaptarse a sus necesidades: de hecho, los gatos mayores son menos activos y su metabolismo más lento. Por tanto, sus necesidades energéticas son inferiores a las de un gato de mediana edad. Para evitar el riesgo de obesidad, es aconsejable cambiar a alimentos para gatos mayores y elegirlos según su nivel de actividad física. Pídale consejo a su veterinario sobre la gama correcta de productos y evite los alimentos procesados, a menudo demasiado grasos y ricos en cereales.

También es recomendable enriquecer la dieta con un suplemento en ácidos grasos poliinsaturados (Omega 3 y 6). Estos ácidos grasos esenciales son importantes para la piel y el cabello saludables y ayudan a prevenir ciertas afecciones inflamatorias como la osteoartritis. También son beneficiosos para la insuficiencia renal, los problemas cardíacos y el desarrollo de tumores cancerosos. Para ello, podemos dar complementos alimenticios en cápsulas o aceite de pescado: salmón, sardinas, caballa, aceite de hígado de bacalao en pequeñas cantidades.

Artículos Relacionados