Lactancia en perros: consejos y buenas prácticas

La lactancia o amamantamiento es un período importante en la vida de la perra y sus crías. Estos primeros contactos y momentos de intercambio tienen lugar desde el nacimiento y durante las primeras siete semanas de vida de los cachorros. Descubre cómo se desarrolla este período natural, nuestros consejos y buenas prácticas para que salga bien y las acciones adecuadas a realizar en caso de dificultad.

Lactancia en perros: consejos y buenas prácticas

¿Cómo es el período de lactancia en la perra?

Una perra amamanta a sus crías durante 7 semanas. Tan pronto como nacen los cachorros y durante los primeros tres días siguientes, la madre segrega calostro. El calostro es un líquido amarillento producido naturalmente por la glándula mamaria, como en los gatos, pero también en las mujeres. Este líquido es rico en nutrientes esenciales y transmite anticuerpos maternos a los cachorros para fortalecerlos y protegerlos del riesgo de infecciones desde los primeros momentos de su vida.

Posteriormente, el calostro se reemplaza por leche materna convencional. La producción de leche se vuelve más densa para ser máxima entre la 3ª y la 5ª semana de lactancia. Durante las últimas dos semanas, la cantidad de leche disminuye para acompañar a los cachorros hacia la fase de destete.

Durante las 7 semanas de amamantamiento, la perra moviliza sus recursos para producir la leche destinada a alimentar a sus crías. Como resultado, sus necesidades energéticas son mucho mayores y la madre necesita una dieta más rica para poder cubrirlas. Por tanto, se recomienda aumentar su ingesta de alimentos y ofrecerle hasta 4 comidas al día.

Por otro lado, no se le debe dar cualquier alimento, porque para producir su leche, la perra tiene necesidades nutricionales muy específicas, en particular en fósforo y calcio. Por tanto, es fundamental proporcionarle una alimentación rica, equilibrada y de calidad. Se le debe dar una dieta dedicada a las hembras lactantes o simplemente comida para cachorros. Sin una alimentación adecuada, la perra corre graves riesgos para su salud, en particular la de sufrir ataques de eclampsia que pueden ser fatales.

Nuestros consejos y buenas prácticas para la lactancia canina

Para que los cachorros puedan amamantar bien, se recomienda respetar ciertos gestos. Estos son nuestros consejos y mejores prácticas:

  • Cuando la lactancia esté en curso, trate de no interferir. Déjelo en manos de la mamá, porque corre el riesgo de estresarla y comprometer la lactancia. Mantén la distancia y comprueba desde la distancia que todo va bien.
  • Sin embargo, si notas que uno de los cachorros no se mueve hacia las ubres de su madre y esta última no lo ayuda, guíalo con cuidado.
  • Si le preocupa que a la madre le falte leche, apriete suavemente un chupete entre el pulgar y el índice para liberar un poco de líquido.
  • Mantenga una dieta de alta calidad para su perro durante todo el período de lactancia, bien equilibrada y saludable, con una ración de 2 a 4 veces mayor de lo habitual cada día.
  • Mantenga una higiene impecable reemplazando regularmente la arena en el nido y colocando ropa limpia en él. También puede limpiar las ubres y la parte inferior del abdomen de la nueva madre después del parto con agua jabonosa y una esponja suave. Recuerda enjuagar bien y secar la zona suavemente.

Nuestro consejo en caso de dificultad para amamantar

En algunos casos, la perra no puede producir suficiente leche para alimentar a toda su camada o puede presentar los llamados problemas de "patología de la lactancia". Estos son nuestros consejos para superar estas dificultades.

Protegiendo a los cachorros

Si su madre no puede alimentarlos, es posible que los cachorros no sobrevivan. Entonces debemos encontrar otro camino. Tienes dos opciones:

  • Entregue los cachorros a otra perra lactante : esta solución puede permitir que los cachorros sean alimentados con otra leche materna. Por otro lado, esta perra debe haber tenido camada y haber parido al mismo tiempo que la madre de los pequeños para respetar las fases de lactancia que necesitan. Además, debes saber que la mayoría de las perras no aceptan alimentar a otros cachorros que no sean los suyos.
  • Darles de comer con leche artificial : la otra solución es alimentar a los cachorros con leche artificial y con biberón. Por otro lado, es necesario acompañar esta modalidad de alimentación de los movimientos de lamido que realiza la madre para ayudar a sus crías a defecar. Esto requiere frotarse el estómago, los genitales y las áreas anales con un paño suave, húmedo y limpio hasta que puedan hacer sus necesidades. Esta lactancia artificial debe continuarse hasta que los cachorros tengan 7 semanas de vida y es fundamental respetar unas condiciones higiénicas irreprochables para limitar el riesgo de infección.

Si la lactancia no es inmediata, pero no se ve alterada por ninguna patología, puedes intentar colocar a las crías lo más cerca posible de las ubres de la madre para favorecer el flujo de leche. Esta acción a veces es suficiente para estimular la lactancia. Sin embargo, nunca haga esto si las crías tienen hambre o si la madre tiene una infección. Además, no insista si el resultado esperado no está ahí, ya que corre el riesgo de estresar innecesariamente a la madre.

En caso de crisis de eclampsia

Cuando la madre está desnutrida, especialmente cuando carece de calcio (hipocalcemia), puede tener convulsiones de eclampsia. Primero gime, luego respira muy rápido hasta que sus miembros se ponen rígidos y tiene convulsiones. Es urgente llevarla al veterinario que le inyectará calcio y le recetará la suplementación adecuada. Sin él, la perra puede morir.

¿Y si la perra aplasta a sus cachorros?

La madre puede aplastar a sus cachorros sin saberlo. Este fenómeno no es raro, sobre todo durante las primeras camadas, porque la madre es principiante, todavía cansada, a veces torpe y poco atenta. Puede acostarse y darse la vuelta sin ver que uno de sus cachorros se ha deslizado debajo de ella. En este caso, y en ausencia de una intervención inmediata, el cachorro puede morir.

Para evitar este riesgo, asegúrese de que la jaula destinada al nido sea lo suficientemente grande para que la perra se acueste y se dé la vuelta con seguridad. No dudes en añadir un pequeño colchón para elevar ligeramente a los más pequeños y frenar los retrocesos demasiado violentos de una madre un poco abrumada o demasiado agotada. También hay barras anti-aplastamiento que se adhieren a los bordes de la jaula para evitar que la perra se acueste en las esquinas con riesgo de aplastar a sus crías.

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