Enseñar a un cachorro: ¿cuándo empezar y qué?

La educación del cachorro es la clave de su evolución. Un perrito bien educado será un perro adulto obediente y agradable. Es fundamental enseñarle los conceptos básicos correctos desde una edad temprana, pero con la condición de que utilice los métodos adecuados. ¿Cómo educar a un cachorro? ¿Cuándo empezar y qué acciones enseñarle? Nuestras respuestas en este dossier.

Enseñar a un cachorro: ¿cuándo empezar y qué?

¿Por qué debería educar a un cachorro?

La educación del cachorro es una etapa fundamental de su vida, porque condiciona su evolución y el comportamiento que adoptará en la edad adulta, al igual que su carácter. Cuanto antes comience la educación, mejor aprende el perro y crece en buenas condiciones. Es durante sus primeros meses de existencia cuando se fragua toda la vida del animal.

Educar a tu cachorro no significa en modo alguno violencia, severidad y castigo. Solo hace falta una buena dosis de firmeza y amabilidad, espolvoreada con golosinas para lograr un buen resultado. Si algunos perros grandes necesitan ser educados para evitar cualquier comportamiento invasivo, otros requerirán un reencuadre para evitar derivas, otros una buena socialización para limitar el riesgo de agresión y miedo, y algunos perros pequeños tienen Necesitan aprender a canalizar su energía y frenar sus ganas de ladrar en todo momento, cuando no enseñarles a detener los caprichos que a veces les empujan a vengarse en caso de insatisfacción.

Así como educamos a un niño para enseñarle a crecer bien, debemos educar a un cachorro para que le dé las claves del buen comportamiento a lo largo de su vida. Si su madre le inculca buena parte de los gestos adecuados, ¡le toca al maestro hacerse cargo!

Cuándo comenzar la educación del cachorro

La educación del cachorro debe comenzar lo antes posible, es decir, tan pronto como llegue a su nuevo hogar, a partir de los 2 meses de edad. Desde el principio y todos los días, tu mascota debe comprender y aprender lo que se le permite hacer y lo que no se le permite hacer, pero también lo que esperas de él. Las claves para una vida plena con tu perro se deben preguntar lo antes posible y debes recordarlas constantemente incluyéndolas en la rutina diaria. Esta es la mejor manera de mostrarle al cachorro el procedimiento correcto y los buenos hábitos a adoptar. Incluirlos en la normalidad los convierte en reglas universales y naturales.

Sin embargo, tenga cuidado de no caer en el exceso opuesto. Un cachorro aprende y juega. Como un niño, prueba, intenta, intenta, triunfa y, a veces, tropieza, comete errores y tonterías. Es un comportamiento natural que participa en su aprendizaje. El animal es juguetón por naturaleza y puede causar algunas pequeñas catástrofes, a propósito o no. No venga sistemáticamente al castigo, es mejor mostrarle los gestos correctos y recordarle lo que debe / puede hacer y debe / no puede hacer. Una buena educación se basa en la benevolencia y la recompensa, nunca en el castigo y la violencia.

Como un niño, los cachorros necesitan tiempo para adquirir ciertos hábitos. Por tanto, es necesario ser tolerante y paciente y no dudar en mostrarle los gestos adecuados varias veces.

¿Cuáles son los puntos esenciales que forman la base de una buena educación?

La jerarquía

Sobre todo, es fundamental no comprometerse nunca con la jerarquía. Si bien es natural que el cachorro sea juguetón, rebosante de entusiasmo por la vida y propenso a hacer algunas tonterías, debe recordar que usted es su amo. La educación debe estar bien equilibrada en firmeza para imponer límites desde el principio. Si su perro siente que está en una posición dominante, corre un gran riesgo de convertirse en un adulto incontrolable. Depende de ti establecerte como el modelo a escuchar y respetar. Para ello, recuerde recompensar el buen comportamiento, nunca el mal comportamiento y no golpear a su animal.

Límites de aprendizaje

Desde sus primeras semanas de vida, la madre del cachorro le enseñó algunas reglas y le pidió ciertas prohibiciones, como morder. Una perra le muestra a su pequeño que se ha portado mal agarrándolo por la piel del cuello; esta es una técnica que también puede utilizar, teniendo cuidado de no dañarla. Un simple pellizco indoloro, sin levantar al animal del suelo, es suficiente para demostrarle que no estás de acuerdo y detener su gesto. No hay necesidad de arriesgarse a lastimarlo. También puede mostrarle su desaprobación quitándole el juguete o sin prestarle atención durante unos minutos; comprenderá que se portó mal. El "castigo" no debe ir más allá de esta etapa.

Socialización

Debes establecerte como su amo, pero también enseñar a tu animal a integrarse en el núcleo familiar. Este paso también es fundamental para que tu cachorro se sienta seguro en el círculo que forma su hogar, que respete a sus miembros y se apegue a él, pero también para que aprenda a socializar y a aceptar a los demás. Incluso si su perrito es naturalmente un perro guardián, es importante que no perciba a ningún intruso como un peligro, de lo contrario será agresivo o temeroso con sus visitantes.

Gestos y órdenes simples

Enséñele en silencio a su cachorro a seguir órdenes simples. Sea paciente y no lo gaste innecesariamente. No más de 10 minutos al día para que no vea este aprendizaje como una tarea.

Elija una sola palabra y úsela siempre en el mismo orden. Por ejemplo, para enseñarle a acostarse, no diga “¡acostarse!”, Luego otras veces “¡vete a la cama!”, “¡Vete a la cama!”, “¡Duerme!”, Etc. ¡Una palabra por pedido!

Así que empieza enseñándole los comandos básicos: "¡siéntate!", "¡Miente!", "¡Ponte de pie!", "¡Al pie!", "¡No te muevas!", "¡No!", "¡Alto!"

Para aprenderlos, asegúrese de que su mascota esté tranquila, atenta y no se distraiga con su entorno. Evite el ruido y el aire libre para que esté completamente enfocado.

Repetir pedidos hasta que se adquieran. Sea paciente y no lo castigue por fallar, error o no reaccionar. Más bien, recompense cada éxito con un regalo y abrazos. Tu voz debe ser firme, pero amable y alentadora. Su cachorro puede percibir allí cualquier sentimiento de agresión y encerrarse en sí mismo.

La propiedad

A diferencia del gato, el cachorro no necesariamente aprende a estar limpio por el contacto con su madre. Este aprendizaje generalmente solo se adquiere entre los 4 y 6 meses. Sea firme y constante en sus instrucciones y sobre todo muy paciente, porque su pequeño compañero puede necesitar tiempo para aprender y entender dónde defecar.

En caso de accidente, mantén la calma, no lo premies ni le metas la nariz tampoco, que sería como mostrarle lo que tiene que hacer, ¡así que confunde! Si no lo has sorprendido en el acto, no digas nada, porque no entenderá que tu enojo está relacionado con un evento pasado. Si lo pilla en el acto, dígale "¡no!" cierra con el ceño fruncido, porque las expresiones faciales son importantes. Si puede, llévelo afuera para que termine en el lugar correcto.

En cualquier caso, ¡nunca levantes su suciedad frente a él! Lo tomaría por un juego y empezaría de nuevo, pensando que estaba haciendo lo correcto. Espere hasta que salga de la habitación para limpiar.

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