Sapos en el jardín: ¡benefactores!

El sapo no es uno de los simpáticos animalitos que nos gusta ver junto a él cuando estamos en el jardín, si bien es muy útil allí: es un depredador imprescindible a proteger si lo tienes en tu huerto. .

sapo común

¿Quién es el sapo?

El sapo común, Bufo bufo por su nombre científico, es la especie de anfibio, como la rana, que encontrará con mayor frecuencia. Rechoncho y corto de patas, mide unos diez centímetros y su color, a veces manchado, varía del marrón al gris, pasando por el verde oliva o el marrón amarillento. Las prominentes glándulas colocadas detrás de sus pupilas le confieren un aspecto globular poco atractivo pero efectivo ya que ve de noche.

Vive cerca de humedales (estanque, estanque) en la frescura de las zonas boscosas. Es muy posible que se instale en su jardín porque solo necesita agua para reproducirse. Si su andar es lo suficientemente torpe, puede alejarse bastante de los cuerpos de agua, lo que hace por la noche. Durante el día, como en invierno, permanece enterrado en una madriguera o un hoyo que cava.

Es un poco del mal de ojo del estanque: las verrugas que segregan un veneno que lleva sobre su cuerpo húmedo y su color apagado son sin duda el origen de su espantosa reputación. Además, a menudo se asocia con la brujería, ya que sería el vínculo que conduce al diablo. De repente, muchos cuentos y leyendas le han labrado una imagen muy negativa con su baba, su aliento o su pupila horizontal que serían peligrosos ...

La acción positiva del sapo

Todo esto es folklore diabólico, ¡volvamos a nuestros ritmos! El sapo jugará un papel importante contra ciertas plagas del jardín. Su alimentación consiste en lo que caza, a saber, insectos, cochinillas, ciempiés, lombrices de tierra, pero especialmente babosas, caracoles y orugas que son particularmente molestos en el huerto cuando atacan ensaladas, fresas y otras frutas y verduras en ciernes.

Lamentablemente, el sapo es víctima de la desaparición de los humedales (¡cada vez más urbanizados!), Plaguicidas que contaminan ríos y otros estanques al envenenarlos y vehículos que los aplastan en las carreteras.

Sus depredadores, como el erizo, por ejemplo, le dan poco respiro e ignoran que el sapo está protegido en Francia por un decreto desde 1993 y por la Convención de Berna.

¡Así que ahorre esta piel vieja que puede vivir 10 años en la naturaleza!

Artículos Relacionados