Insuficiencia renal en perros: síntomas, tratamiento y prevención

La insuficiencia renal es cuando los riñones no funcionan correctamente, lo que resulta en una mala eliminación de toxinas de la sangre. En los perros, esta disfunción puede tomar una forma aguda o crónica.

Si el primero aparece repentinamente en cualquier momento, el segundo es la destrucción gradual del riñón y ocurre a menudo en animales más viejos. Aquí está la información esencial para reconocer, tratar y prevenir la insuficiencia renal en perros.

Insuficiencia renal en perros: síntomas, tratamiento y prevención

Síntomas de insuficiencia renal aguda y crónica.

Los síntomas visibles de insuficiencia renal, aunque numerosos, no son muy específicos y solo un análisis de sangre puede hacer un diagnóstico definitivo. Los signos más comunes que se observan en la forma aguda son depresión, diarrea y vómitos. También es posible que el perro sufra pérdida de apetito o incluso se niegue a alimentarse. El dolor puede ocurrir al orinar e incluso puede dejar de orinar por completo.

En los casos de insuficiencia renal crónica, que afecta principalmente a perros mayores a partir de los 10 años, el animal se deshidrata lo que lo lleva a beber mucho y orinar con mayor frecuencia. También se pueden observar vómitos, fatiga y pérdida de apetito. Estos signos no están necesariamente presentes al inicio de la enfermedad, pero aparecerán gradualmente a medida que el riñón se destruya y pierda sus funciones.

Tratamiento de la insuficiencia renal en perros

En caso de insuficiencia renal aguda, se suele implementar la ingesta de fármacos diuréticos y antieméticos para aliviar al perro, tras un tratamiento de ataque realizado en el veterinario en forma de infusión. Durante esta fase, el animal es "hospitalizado" hasta que se eliminan las toxinas presentes en su sangre. En casa, se debe cambiar la dieta para aliviar los riñones (bajo aporte de proteínas y fósforo). Pueden producirse secuelas si el tratamiento no es lo suficientemente rápido y más particularmente si el perro es mayor.

Como regla general, los riñones siguen siendo frágiles y el veterinario establecerá un seguimiento para controlar la evolución. En el caso de la insuficiencia renal crónica, el tratamiento es evidentemente más pesado y delicado: implica ralentizar la destrucción del riñón, aunque el daño ya producido es irreversible. Afortunadamente, gracias al tratamiento y seguimiento adecuados, el perro puede vivir unos años más en buenas condiciones. Aquí la dieta debe ajustarse nuevamente con una ingesta baja de proteínas y fósforo: existen gamas especiales de croquetas veterinarias para este propósito. Finalmente, el perro deberá someterse periódicamente a una diálisis e infusión destinada a eliminar las toxinas y rehidratarlo.

¿Cómo prevenir el riesgo de insuficiencia renal?

No existe una prevención real contra esta condición, sin embargo una buena higiene y vacunas actualizadas pueden limitar las posibles causas. De hecho, la insuficiencia renal del perro puede aparecer tras una infección o una enfermedad como leishmaniasis, leptospirosis o piroplasmosis. También pueden estar implicadas enfermedades infecciosas de origen parasitario, como la enfermedad de Lyme. Por tanto, es fundamental mantener actualizada la protección antiparasitaria.

Muchos otros factores pueden ser la causa de insuficiencia renal: intoxicación con mercurio o un alimento tóxico, mala eliminación de la orina debido a cálculos renales, inflamación de los riñones causada por bacterias (nefritis), efectos secundarios de fármacos antiinflamatorios o quimioterápicos, malformaciones renales, factor genético, etc.

Desafortunadamente, no siempre es posible luchar contra estas condiciones, pero los chequeos regulares con el veterinario pueden permitir el tratamiento temprano de algunas de ellas. También es fundamental sacar a tu perro con regularidad para que no retenga demasiado y renovar su agua durante el día para animarle a beber. Por último, esté atento a cualquier señal de advertencia que pueda indicar la aparición de insuficiencia renal o cualquier otro factor de riesgo mencionado anteriormente.

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