¿Cómo blanquear el cardo?

El cardo ( Cynara cardunculus ) es una hortaliza muy similar a la alcachofa, recolectada en otoño. Sin embargo, para que quede más tierno y realmente sabroso en tu plato, conviene blanquearlo antes de cosecharlo, es decir, privar de luz sus costillas: luego se volverán blancas pero también aumentarán sensibilidad. Aquí están las técnicas más fáciles y efectivas.

¿Cómo blanquear el cardo?

¿Cuándo blanquear el cardo?

Como el cardo tarda unas 3 semanas en blanquearse, tendrás que intervenir en el otoño, según tus necesidades, teniendo en cuenta este período.

En cualquier caso, es necesario actuar ante las fuertes heladas que arrasarán las plantas de cardo y te privarán de su cosecha.

Blanquear el cardo en el huerto

Comience untando el pie de 20 a 30 cm. Coge un carrete de hilo o rafia. Levanta las hojas y las costillas y átalas para mantenerlas verticales, sin apretar demasiado la atadura que podría favorecer que se pudran por falta de aire.

Use cajas de embalaje recicladas y úselas para rodear las plantas de cardo aproximadamente ¾ de su altura de modo que solo sobresalga un tupé de follaje. Usa la cuerda, nuevamente, para sostenerlos. Aunque el cartón no es impermeable, resistirá la lluvia durante el proceso de lavado.

Durante mucho tiempo, algunos han utilizado film plástico negro pero no recomendamos este material por motivos medioambientales: el plástico no es reciclable y tiene una huella de carbono muy dañina.

Espere 3 o incluso 4 semanas para obtener un cardo con costillas etioladas.

Blanquear el cardo en el sótano

En regiones más frías donde el frío es más temprano, tan pronto como el termómetro llegue a 0 ° C, en el peor de los casos de -2 a -3 ° C, pero no más, corte todas las plantas de cardo con su cepellón y guárdelas en calibre, en arena, uno contra el otro, idealmente, en un sótano oscuro.

De la misma forma, tendrás que esperar unas 4 semanas antes de que las costillas de los cardos se pongan blancas. Por lo tanto, todos se blanquearán simultáneamente y estarán listos para ser consumidos al mismo tiempo: no se conservarán en exceso, así que vigila su evolución con atención. Puedes hacer frascos con ellos pero es mejor evitar la congelación que no les sienta muy bien.

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