Gestación de la perra: ¡todo lo que necesitas saber!

¿Planeas que tu perro críe una camada? Antes de tomar tal decisión, es importante estar bien informado sobre el procedimiento a seguir. El apareamiento y la gestación (diagnóstico, seguimiento) deben manejarse con atención y sobre todo con la ayuda de tu veterinario para que todo salga bien.

Gestación de la perra: ¡todo lo que necesitas saber!

¿A qué edad puede la perra tener cachorros? ¿Cuáles son los signos de la gestación y cuánto dura? Debe saber que pueden existir ciertos riesgos para la salud de la perra; ¿Cuáles son y qué precauciones se deben tomar?

Encontrarás en nuestro archivo las respuestas a tus preguntas así como consejos sobre la nutrición de la perra y la preparación para el parto.

¿Cuándo criar a mi perra?

La proyección es el término que describe el apareamiento de la perra con el macho, siendo este último elegido a menudo por el propietario según criterios de raza y tamaño. Para determinar el período de apareamiento, primero debe saber cuándo ocurre la ovulación de la perra. Esto suele ocurrir diez días después del inicio del celo. Para maximizar las posibilidades de fertilización, se recomienda criar a la hembra varias veces entre el día 10 y el día 21 del ciclo (en el momento de las pérdidas).

En cuanto a la edad, podemos considerar la cría de la perra a partir de 1 año para razas pequeñas y de 2 años para razas grandes. Además, el riesgo de complicaciones aumenta con la edad, por lo que no es recomendable criar a la perra más allá de los 8 años (6 años para razas grandes). Buscar el consejo de su veterinario sigue siendo la solución más confiable para evitar riesgos.

¿Cómo sé si mi perra está embarazada?

El embarazo se puede diagnosticar de diferentes formas: observación del comportamiento de la perra, palpación, ecografía, aumento de peso, hinchazón de ubres. La perra puede volverse más pegajosa, en busca de afecto incluso nerviosa o hipersensible. Al igual que en las mujeres, la gestación puede provocar náuseas y vómitos en los primeros días del embarazo.

Después de un tiempo, se puede observar un aumento de peso junto con un aumento del apetito, seguido de pérdida de apetito a medida que se acerca el parto. Las ubres luego se agrandan y es posible que la leche fluya. A partir del día 45 de gestación, es probable que la perra pase mucho tiempo durmiendo y su barriga comenzará a redondearse notablemente. Finalmente, la palpación y la ecografía son realizadas por el veterinario, quien podrá realizar un diagnóstico definitivo.

¿Cuánto dura la gestación?

La duración promedio de la gestación es de 60 a 70 días, o aproximadamente dos meses. Esta duración varía de una raza a otra y se puede acortar a unos cincuenta días según los casos. Los días están contados desde el momento en que la perra se aparea, pero no siempre es fácil saber si el apareamiento funcionó bien y si la perra fue realmente fertilizada. Es posible detectar el embarazo mediante palpación abdominal a partir del día 35 y mediante ecografía a partir del día 20.

Solo el veterinario es capaz de determinar con precisión la duración de la gestación gracias a la ecografía, observando el tamaño de los embriones y su etapa de desarrollo. Se realizará una segunda ecografía alrededor del día 25 para asegurar el correcto progreso del embarazo.

¿Existe algún riesgo relacionado con el embarazo?

Sí, existen riesgos potenciales de aborto espontáneo e infección. Para hacer frente a todas estas eventualidades, es fundamental brindar los cuidados adecuados a la perra durante su embarazo. En primer lugar, debe estar debidamente desparasitado y vacunado. Se debe administrar un primer desparasitante al inicio del celo y un segundo unas tres semanas antes de dar a luz. Las vacunas deben estar actualizadas y, si es posible, renovadas antes del apareamiento para que la madre pueda transmitir sus anticuerpos a los cachorros. Tenga cuidado, no se deben vacunar durante la gestación y es necesario evitar administrar medicamentos a la perra durante este período: algunos podrían provocar un aborto espontáneo.

Durante el embarazo también pueden producirse determinadas infecciones provocadas, en particular, por la presencia de bacterias (salmonella, estreptococos) o parásitos (pulgas, gusanos intestinales). Por ello, la higiene en la casa debe ser irreprochable y sobre todo en lo que respecta a las pertenencias de la perra: cojines, cestas, cuencos, juguetes ... Lamentablemente, la perra preñada también está expuesta a "accidentes de gestación" contra los que no hay tratamiento, es decir, los jóvenes suelen morir. Sin embargo, si el problema se detecta con suficiente antelación, la vida del perro no correrá peligro siempre que se tomen las medidas necesarias lo antes posible. En estos casos, que siguen siendo bastante raros,se debe realizar una cirugía e incluso es posible salvar a los cachorros con una cesárea. Los posibles accidentes incluyen gestación ectópica (las crías se desarrollan en el abdomen), torsión uterina (que debe operarse rápidamente), hernia (estrangulación) del útero y supergestación (dos camadas a la vez) .

Alimentando a la perra embarazada

En este punto, hay que prestar mucha atención a las necesidades nutricionales de la perra y hacer un cambio de dieta durante la gestación pero también durante el período de lactancia. De hecho, las necesidades alimentarias de la futura madre se vuelven más importantes, lo que requiere una ingesta de energía más rica que debe dividirse. A partir de la quinta semana de gestación, se recomienda aumentar la comida normal en un 10% por semana y la comida debe ser más proteica (30% mínimo de proteína).

Las necesidades minerales también aumentan y es necesario compensar las deficiencias para que la salud de los cachorros no se resienta: se encuentra en el comercio o en la práctica veterinaria de los complementos alimenticios destinados a este fin. Si su perro solía comer una comida al día, es recomendable dividir la nueva ración en dos o incluso tres comidas. Se recomienda encarecidamente la compra de croquetas específicas para perras gestantes y lactantes, pero también se puede enriquecer la dieta con alimentos naturalmente ricos en proteínas como huevos, despojos (hígado ...) y productos lácteos.

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